Convicciones ideológicas y su lucha interna

En el sistema actual en el que vivimos son una tarea compleja la militancia y la lucha que esta conlleva.

La compleja misión de llevar una vida acorde a tus ideas e intentar que la sociedad siga el mismo camino resultan demasiado complicadas de digerir, aquí el motivo por el que muchos abandonan.

Estos son los puntos básicos para contraatacar y superar esta lucha.

Antes que nada: El por qué se lucha

Para llevar a cabo una lucha seria y comprometida debemos conocer los problemas y el daño que nos hacen.

Es nuestro futuro lo que defendemos, Para la mayoría es más fácil seguir la corriente sin pararse a mirar su destino.

Reconocer al verdadero enemigo.

Debemos distinguir al enemigo del resto, y proteger a los demás de éste.

La sociedad es el principal pilar que debemos levantar, es el motivo por el que luchamos.

Aunque también es cierto que debido a los medios del sistema estamos en su punto de mira, con lo cuál solo debemos considerar "no enemigos", al que todavía necesitamos hacerle ver a nuestro verdadero enemigo.

La autodisciplina reconforta

La base de un auténtico militante nacionalsocialista se encuentra en el control propio. No se puede exigir la soberanía nacional si uno no lo es en su propia vida. El objetivo es ser ejemplo y modelo a seguir en el entorno que te rodea.

No existen atajos, la lucha y el esfuerzo forman parte del éxito. Solo el sacrificio te hace ver el valor de lo obtenido y fortalecen tanto física como mentalmente.

"Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes."

Friedrich Nietzsche.

Continua formación

En la guerra de las ideas los libros son las armas. No solo se trata de llevar una vida correcta, sino poder explicar a cualquiera que es es el nacionalsocialismo. Enriquecerse a base de la lectura, para poder debatir y defender tus posiciones sin perder ni un solo argumento. Someterse a la opinión pública no debe ser un problema en el momento en el que se habla con conocimientos y criterio. Debatir y hablar ante el que piensa diferente con empatía y respeto es la única forma de hacer entender a la sociedad el motivo de nuestra lucha.